El Humanismo en la Nueva Escuela Mexicana: exploración y aplicación práctica

Introducción

En el marco de la Nueva Escuela Mexicana (NEM), el Humanismo es frecuentemente citado como un pilar fundamental de su enfoque educativo. Se alude a conceptos generales como la integridad y el bienestar del estudiante, entre otros; sin embargo, suele haber una de explicación detallada de lo que estos principios representan para la comunidad educativa, los padres de familia y el público en general.

Esta publicación inaugura una serie en la que profundizaremos en el humanismo de la NEM, poco a poco explorando sus antecedentes, sus implicaciones y procurando encontrar cómo se vincula con la dinámica del aula, el proceso de enseñanza-aprendizaje, así como la participación de administrativos y padres de familia.

Antecedentes y fundamentos

Algunas ideas centrales del humanismo

El humanismo tuvo su génesis en el Renacimiento, un periodo en el cual la atención se desvió de la deidad hacia el ser humano. Este movimiento se centró en la exploración de las capacidades y atributos inherentes al individuo, buscando “la realización plena del potencial humano, tanto para el bienestar personal como para el beneficio societal”, evaluando cómo una persona puede alcanzar la virtud y vivir una vida plena. Para este fin, se promovieron estudios laicos, se resaltó la autonomía individual, se fomentó el estudio de la literatura y se valoraron la observación, el análisis crítico y la creatividad, entre otras habilidades.

Paralelamente, el humanismo no solo miró hacia el futuro sino que también rescató el valor de los escritos de pensadores antiguos, otorgándoles una renovada apreciación.

La educación humanista de la época no se limitaba al desarrollo individual y de por vida, también aspiraba a la creación de sociedades inclusivas, sin distinciones de credo, género o etnicidad.

La psicología humanista

De la corriente humanista emergió la psicología humanista, que se enfoca en la consciencia y en la capacidad del individuo para tomar decisiones autónomas, guiado por su intencionalidad y no meramente por su biología o entorno. Este enfoque postula que el ser humano no es un mero producto de fuerzas externas incomprensibles, sino un agente activo en la configuración de su vida y su entorno. Una práctica esencial para este desarrollo es el constante cuestionamiento del porqué de los acontecimientos, el significado de las experiencias vividas y las acciones que uno puede emprender para mejorar su situación.

El humanismo mexicano

Aunque el humanismo sugiere una universalidad en la evolución del ser, calificarlo como “mexicano” podría parecer contradictorio. Sin embargo, este no es el enfoque de nuestra discusión aquí. Nos interesa conocer el origen del “humanismo mexicano”, un concepto que, aunque mencionado en foros políticos, tiene raíces profundas en las comunidades indígenas precoloniales.

En la cosmovisión de estas comunidades, el valor del individuo se encuentra intrínsecamente ligado al otro, bajo la premisa de una “responsabilidad ética ineludible de asistirlo”. Así, el propósito de la existencia se centra en el cuidado mutuo y el bienestar comunitario. Esto nos lleva a entender que las reflexiones personales no se centraban en preguntas como ¿quién soy? o ¿qué quiero ser?, sino en cómo contribuir al bienestar del prójimo, reconociendo la vulnerabilidad compartida.

En un sentido más amplio, estas comunidades no buscaban dominar la naturaleza, sino vivir en armonía con ella, reconociendo su interdependencia y la fragilidad común.

Una síntesis de esta filosofía sería: “En el prójimo reside el sentido de la existencia.”

El humanismo de la NEM

En el contexto de la NEM, el humanismo se orienta hacia la formación integral del individuo no solo para el bienestar personal sino para el enriquecimiento de la sociedad. Desde esta perspectiva, se concibe a los estudiantes no solo como receptores de conocimientos académicos, sino como actores sociales activos que comprenden y participan en la vida comunitaria. Aunque la educación por competencias ya integraba un componente valorativo, en el modelo humanista de la NEM, este aspecto se potencia, adquiriendo un papel central. Estas primeras ideas evocan una clara resonancia del humanismo mexicano, donde el valor del ser se encuentra en el servicio a la comunidad.

Los estudiantes son vistos desde esta perspectiva no solo como aprendices de conocimientos académicos, sino como ciudadanos activos que, al igual que propuso la psicología humanista, son capaces de tomar decisiones autónomas para moldear su entorno y su vida, basados en su intencionalidad y no meramente en factores externos. La NEM, al igual que el humanismo del Renacimiento, promueve la autonomía individual dentro del marco de una sociedad inclusiva, sin distinciones de credo, género o etnicidad, expandiendo así el legado de una educación que aspira a la creación de comunidades justas y equitativas.

La educación en este modelo se enriquece al impulsar aún más las áreas académicas con un componente axiológico, similar al énfasis renacentista. Se busca que los estudiantes desarrollen una sensibilidad hacia su entorno, comparable con la visión de las comunidades indígenas precoloniales, aplicando sus competencias académicas para resolver problemas sociales. Este enfoque implica prácticas pedagógicas específicas para los docentes a quienes se les encamina a incorporar escenarios del contexto inmediato de los alumnos en las actividades del aula. Esto permite que los estudiantes, siguiendo la tradición de la psicología humanista, lleven a cabo prácticas controladas y, al enfrentarse a sus realidades cotidianas, apliquen este bagaje de experiencias académicas. Así se entiende la premisa de que “la NEM insta a que todo estudiante sea capaz de participar auténticamente en los diversos contextos en los que interactúa”, un eco del compromiso social y comunitario que el humanismo mexicano siempre ha valorado.

Este enfoque humanista se estructura a través de una serie de principios que parecen reflejan un puente entre el pasado y el presente:

  • Desarrollo integral de los alumnos: Inspirado en el humanismo renacentista, se busca una formación que trascienda la mera competencia académica, cultivando ciudadanos conscientes y responsables, en línea con la visión holística del desarrollo humano que por su parte propone la psicología humanista.
  • Fomento del pensamiento crítico: Siguiendo las enseñanzas de la psicología humanista, los estudiantes son estimulados a cuestionar y reflexionar sobre su entorno, proponiendo soluciones a las problemáticas sociales, en un proceso que recuerda el análisis crítico valorado por el humanismo del Renacimiento.
  • Inclusión y equidad: Este principio refleja la aspiración renacentista de una sociedad inclusiva y la ética de las comunidades indígenas mexicanas de igualdad y ayuda mutua, promoviendo un entorno educativo donde todos los estudiantes tienen igualdad de oportunidades.
  • Educación adaptada a la realidad: Este enfoque es un homenaje al humanismo mexicano, donde la educación no se desvincula de la vida comunitaria, permitiendo que los estudiantes enfrenten situaciones reales, similar a cómo las comunidades indígenas integraban su aprendizaje con su entorno.
  • Fortalecimiento de la comunidad: Al igual que el humanismo mexicano valora la responsabilidad ética hacia el prójimo, la NEM fomenta la participación de padres y la comunidad, creando redes de apoyo que enriquecen el proceso educativo, recordando la importancia de la cohesión social que promueve el humanismo.

Por otro lado, la materialización de estos principios se observa en las cuatro áreas formativas principales implementadas por la Secretaría de Educación Pública (SEP):

  • Lenguajes: Para dotar al estudiante de herramientas comunicativas que le permitan interactuar asertivamente con su entorno, resonando con la valoración renacentista de la elocuencia y la retórica.
  • Saberes y pensamiento científico: Representa la adquisición y procesamiento de información, transformándola en conocimiento aplicable, un proceso que recuerda el énfasis renacentista en la curiosidad y el descubrimiento.
  • Ética, naturaleza y sociedades: Desarrolla los valores promovidos por la NEM, fomentando la sensibilidad y la empatía hacia el entorno y la sociedad, evocando la ética comunitaria de las culturas indígenas prehispánicas y la preocupación renacentista por la moralidad.
  • De lo humano y lo comunitario: Orienta al estudiante hacia una consciencia social y un bienestar comunitario, reflejando la tradición mexicana de ver el sentido de la existencia en el prójimo y la autonomía moral de la psicología humanista..

Concluyo esta sección con una reflexión que, tras revisar los antecedentes del humanismo y su integración en la NEM, adquiere mayor claridad:

La NEM no considera al estudiante como un ente aislado, sino como un sujeto moral autónomo, con una identidad política, social y económica, dotado de personalidad, dignidad y derechos. La formación en este modelo educativo privilegia valores fundamentales como la integridad personal, la honestidad, el respeto hacia los individuos, la promoción de la no violencia y la búsqueda del bien común.

Aplicación práctica del humanismo

De la NEM a la práctica

Veamos ahora cómo se implementan los principios de humanismo en un ejemplo práctico. La siguiente actividad se toma del libro de texto “Proyectos en el aula” de quinto grado, páginas 268 y 269.

Páginas 268 y 269 del libro de quinto grado, Proyectos de Aula. La actividad se centra en la convivencia que el estudiante tiene en su familia con una actividad de reflexión, de trabajo en equipo y eventualmente una asamblea para compartir lo aprendido.

En la actividad de reflexión sobre el entorno familiar se pueden identificar los principios del humanismo de las siguiente manera:

  1. Desarrollo Integral del Alumno: La actividad promueve el desarrollo emocional y social de los estudiantes al pedirles que reflexionen sobre la convivencia familiar, el sentido de pertenencia y el afecto, aspectos fundamentales del humanismo que van más allá del conocimiento académico.
  2. Fomento del Pensamiento Crítico: Al pedir a los estudiantes que imaginen situaciones previas y futuras basadas en la imagen, se incentiva el análisis crítico y la reflexión, habilidades centrales del enfoque humanista que alientan a los estudiantes a pensar más allá de lo evidente.
  3. Inclusión y Equidad: La actividad grupal en comunidades y en asamblea fomenta un ambiente inclusivo donde todos los estudiantes participan y sus voces son escuchadas, reflejando el principio de equidad y la valoración de la diversidad de experiencias familiares.
  4. Educación Adaptada a la Realidad: La conexión con la vida real de los estudiantes se hace evidente al pedirles que relacionen la actividad con sus propias experiencias familiares, lo que es un reflejo directo del humanismo que busca una educación contextualizada.
  5. Fortalecimiento de la Comunidad: La colaboración en la elaboración de conclusiones y la presentación de estas en el aula fortalece el sentido de comunidad, alineándose con el valor humanista de la responsabilidad hacia el prójimo y la construcción colectiva del conocimiento.

Además de las instrucciones propias que se incluyen para el estudiantes, y con base en un enfoque humanista, se extiende una propuesta general de las actividades de apoyo que puede hacer el maestro(a) al llevar esta actividad a su aula.

  • Antes de comenzar, se puede facilitar una breve sesión de reflexión guiada donde los estudiantes piensen individualmente sobre su propia convivencia familiar. Luego, en grupos pequeños, pueden compartir y comparar, así logrando un sentir general del estado actual que tienen los estudiantes con sus familias.
  • Se puede modelar el proceso de análisis crítico al observar la imagen junto con los estudiantes, haciendo preguntas como “¿Qué emociones pueden estar experimentando los personajes?” o “¿Cómo crees que la situación actual afecta las relaciones familiares?” Esto guía a los estudiantes en cómo descomponer visualmente y emocionalmente la escena.
  • Durante la discusión en asamblea, se pueden hacer preguntas abiertas que estimulen la reflexión profunda. Por ejemplo, “¿Cómo creen que diferentes formas de convivencia afectan el sentido de pertenencia en una familia?” o “¿Qué acciones podemos tomar para fortalecer el afecto en nuestras familias?
  • Al finalizar la actividad, se puede llevar a cabo una sesión de cierre donde se reflexione sobre cómo esta actividad contribuye al desenvolvimiento como personas que forman parte de una sociedad. Preguntas como “¿Cómo esta actividad nos ayuda a entender mejor el rol que uno tiene en la familia?” o “¿De qué manera la convivencia familiar influye en nuestro desarrollo como personas sociales?” pueden ser útiles.

Impacto esperado en el estudiante

Las prácticas indicadas en el libro así como las que se implementan en el aula son apenas la primera parte del proceso de aprendizaje. En este sentido es importante proyectar posibles ventajas y beneficios en los estudiantes que vayan más allá de la clase del día. Aquí están algunas alternativas que pueden ser derivadas del ejemplo aquí presentado:

  1. Los estudiantes aprenden que no hay una sola forma correcta de convivir en familia, lo cual les enseña tolerancia y respeto por la diversidad.
  2. Los estudiantes practican la expresión de sus ideas y la argumentación al comparar sus respuestas y establecer acuerdos en grupo.
  3. La actividad inculca en los estudiantes la práctica de la reflexión como una herramienta para el aprendizaje continuo.
  4. La necesidad de trabajar en grupo para llegar a conclusiones comunes enseña a los estudiantes la importancia de la colaboración.

Desafíos en el aula

A la par de exponer las bases del humanismo en la NEM, no podemos pasar por alto el tomar en cuenta las complejidades que se viven día a día en el aula mexicana. Proveer recomendaciones para cada caso se vuelve complicado para el espacio de esta publicación. Sin embargo, hago el reconocimiento de algunos de los desafíos más sobresalientes a tomar en cuenta.

  1. Periodos de clase limitados puede restringir el tiempo disponible para actividades que requieren discusión grupal y reflexión profunda y en consecuencia afectar la calidad de análisis y reflexión que se pide.
  2. La falta de disciplina puede ser un reto, resultando en conversaciones fuera de tema, o incluso conflictos durante las discusiones en comunidad o en asamblea, dificultando la cohesión grupal y la consecución de los objetivos de la actividad.
  3. Muchos estudiantes pueden enfrentar situaciones familiares complejas, ocasionando que los estudiantes estén menos dispuestos o capaces de participar en la reflexión sobre la convivencia familiar, ya que sus propias experiencias pueden ser dolorosas o estresantes.
  4. La variabilidad en el nivel académico dentro de un mismo grupo puede significar que algunos estudiantes tengan dificultades para expresar sus ideas de manera escrita o para entender conceptos abstractos como la pertenencia y el afecto. Esto podría resultar en que algunos estudiantes se sientan frustrados o excluidos, afectando negativamente su autoestima y su capacidad para contribuir al trabajo colaborativo.
  5. La falta de recursos puede limitar la creatividad y la participación activa en la actividad, afectando el aprendizaje experiencial y la aplicación práctica de los principios humanistas.
  6. Al final del día escolar los estudiantes pueden estar cansados o desmotivados, lo que reduce su capacidad para participar activamente, afectando la profundidad del aprendizaje y la internalización de los valores humanistas.

En futuras publicaciones es que podremos abordar cada una de estas y otros desafíos para compartir recomendaciones con el espacio adecuado.

Palabras finales

Al hacer una revisión sobre el humanismo de la NEM encontramos que existe antecedente y bagaje cultural que se intenta rescatar a través de principios ideológicos y su implementación didáctica en el aula de clase. Esta publicación es apenas un primer acercamiento a la diversidad de conceptos, perspectivas y estrategias de implementación que acompañan el enfoque humanista de la NEM.

Entre lo más importante que se puede rescatar del enfoque humanista es la promoción del ejercicio de que cada ser humano se vea a sí mismo y las aportaciones que puede hacer para la mejora de su entorno inmediato.

Referencias


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